lunes, 26 de abril de 2010

Un sueño placentero

Hace poco conocí a una mujer por medio del messenger, y puedo decir que es una mujer en toda la extensión de la palabra, femenina, hermosa, de platica interesante y candente, sobretodo candente y, aunque no hemos tenido la oportunidad de conocernos en persona, no puedo dejar pasar un día sin necesitar platicar con ella.
El pasado viernes, quizas por el deseo de poder conocerla en persona tuve un sueño muy vivido que en esta ocasión será en motivo de este relato.
El viaje habia sido muy largo, ir por tierra a Tuxtla Gtz desde la Cd. de México no es un viaje corto. Al bajar del camión puede sentir el golpe de calor del aire, lo que me hizo apresurarme a entrar a la sala de llegada. Al entrar a la sala, mi único deseo era encontrar el rostro que por tantas horas habia yo estado deseando ver, y mis ancias no fueron defraudadas pues al final del pasillo central se encontraba ella, la mujer por la que habia viajado se encontraba parada frente a mi.
Cuando hicimos contacto visual, comenzamos a caminar el uno hacia otro, con sendas sonrisas, ella se veía realmente hermosa, estaba vestida con una blusa de cuello redondo de color azul claro, unos jeans de mezclilla y unas zapatillas de tacon bajo. Cuando estuvimos frente a frente, no dijimos nada -por mi parte fue por estar demasiado nervioso-, solo nos dimos un ligero beso en los labios y salimos tomados de la mano a la calle a tomar un taxi para ir a instalrme en un hotel.
Una vez que entramos a la habitación -ella habia entrado primero-, yo deje la maleta en el piso y la abrace por la cintura, a lo que reaccionó inclinando su cabeza hacia atrás para recargarla en mi hombro, haciendo a un lado su cabello, le bese el cuello a lo que respondio con un suspiro. No acababa de retirar los labios de su cuello cuando, volviéndose hacia mi, me paso sus brazos por el cuello y me besó ahora si más intensamente, entreabriendo sus labios e introduciendo su lengua en mi boca para comenzar un juego entre su lengua y la mía.
Nuestras respiracioners comenzaron a acelerarse, nuestras manos iniciaron la exploración que tanto habiamos deseado en nuestras pláticas, yo acariciaba su espalda, mientras que ella pasaba sus dedos por mi cabello y cuello, yo ya no podia resistir el deseo de sentir sus nalguitas que tanto habia acariciado en nuestras pláticas, pero que ahora, teniendola frente a mi, no me habia atrevido a tocar, por lo que, armándome de valor, deslice mis manos hasta posarlas en sus firmes y tibias nalguitas. Las comence a acariciar lentamente, aunque, movido por el deseo, la levanté, y llevandola a la cama, la recoste sobre ella, quedando yo sobre ella, besándola desesperadamente.
Ella, al sentirse sobre la cama, me empujó para quedar ella ahora sobre mi y comenzar a abrirme la camisa, la cual no tardo en estar abierta, con lo que ella se dedicó a besarme desde el cuello hasta el inicio de mis jeans, los cuales no tardaron en ser liberados, con lo que se abocó a buscar al pobre cautivo, que en este momento estaba pugnando desesperado por salir.
Una vez que lo tuvo entre sus manos, me observó con una mirada algo pícara antes de introducirlo en su boca, no saben el placer que fue el sentir sus candentes y húmedos labios alrederor de mi miembro, el cual gozaba de los enbates que le propinaba con sus suabes labios y su rica lengua.
Como no queria acabar pronto, intenté enderezarme y tomdola del rostro, la bese nuevamente en los labios. En estos momentos yo ya no contaba con tranquilidad por lo que a despojarla de su blusa, la cual desapareció rápidamente al igual que el sostén, el cual, al caer al piso, dejo al descubierto dos hermosos pechos, coronados con unos hermosos, inchados y rosados pezones, los cuales parecían rogar que los besara, por lo que, atendiendo a su llamado, me acerque a probarlos.
El toque de estos hermosos pechos era cálido y muy terso, y el sabor de sus pezones solo se puede comparar con el poder probar del mas dulce y candente nectar, una vez libres de su prisión los tome en mis manos, notando que se amoldaban perfectamente, no habia excesos ni carencias en ellos, por lo que los acaricié, deseando poder calmar mis ancias de ellos.
Mientras yo me acupaba de atender a sus pechos, ella se despojú de sus jeans al mismo tiempo que de su ropa interior, por lo que en un santiamén tenia ante mi la mas hermosa mujer, una mujer que cualquier hombre se volvería loco por ella, ya no pudiendo controlarme, la recosté de spaldas y comence a besarla en sus "otros labios", besarlos era toda una experiencia, ya que se encontraban completamente depilado, por lo que me aboque a besarlos, lamerlos y morderlos con pequeños mordiscos, escuchando sus gemidos cada vez más intensos y continuos.
Pasado un rato, enderezándose, me recostó nuevamente a mi, y montándose, se introdujo mi ser, dentro de ella, entrando como cuchillo caliente en mantequilla. Ahora ella solo se movía para que yo entrara y saliera de ella, terminando cada introducción con un movimeinto circular y una contracción interior, con lo que me producía como descargas eléctricas, por lo que no dure mucho sin sentir que todo terminaría en poco tiempo, por lo que se lo hice saber, a lo que me respondió "si papi, dámelo todo, damelo todo", por lo que, tomándola por la cadera, la jalé hacua mi para introducirme lo más dentro posible y darle a ella todo mi calor, el cual se reflejó en un largo y plasentero orgasmo, al cual llegamos los dos al mismo tiempo y en el que la lleme de mi completamente.
Una vez loberados los dos de tan intenso final, nos abrazamos y besamos por un rato y procedimos a entrar al baño para asearnos y salir juntos a pasear por las calles de la ciudad.
 
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