Esto es muy cierto y más si nos referimos a mi corredorsita de todos los días, ya que viéndola bien esta como me la recetó el dosctor, je je je, tiene unas caderas de miedo, redonditas, muy dedonditas, y que decir de sus pechos, son unos hermosos meloncitos que rebotan ricamente al correr, dándole a uno deseos de poder disfrutar de ellos.
Es mejor que me apure, porque si no nunca podré disfrutar de esas hermosas bellezas y poder libar de ellos su dulce miel, con su permiso. :)