Claro, si estamos hablando de alimentos, uno puede decir que se hechó a perder la cosa, pero si a lo que nos referimos son los pechos de una linda fémina, pues ahí la cosa cambia :)
Si no, diganme a quien no se la ha antojado poder posar su cabeza en unos turgentes, bandos y tibios pechos, poder besarlos, acariciarlos y verlos como nos regresan las miradas con sus pezones levantados hacia uno.
Ojalá uno pudiera poder disfrutar de todo pecho de mujer que se le antojara, poder llegar y sin mayor preámbulo, poder acariciarlo, sin la consiguiente mala cara de su dueña.
Estas reflexiones guajiras las hago porque en mi nuevo lugar de trabajo me he encontrado con uno que otro muy buen espécimen, con unos pechos, algo grandecitos, que se ven no caídos y sobre todo, muy acariciables.
Ojalá se me de alguna ocasión de poder disfrutar alguno de esos hermosos pechos que me rodean. Pondré mi solicitud al genio de la lámpara a ver si se digna concedérmelo algún día de éstos. :)
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